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Suelos supresivos. La autoinmunidad del terreno

Las nuevas técnicas científicas para el análisis de suelos agrarios permiten obtener información de primera mano sobre las cualidades de los diferentes terrenos.

De esta forma, se puede saber desde un principio si el suelo reúne tanto los nutrientes cómo los compuestos químicos naturales necesarios, para el desarrollo de una buena cosecha. Además de esto, también es posible la detección de patógenos y elementos nocivos para el cultivo, antes de realizar las labores de siembra, lo que resulta muy necesario de cara a la obtención de un buen rendimiento económico de la cosecha.

Al igual que los seres vivos, el suelo posee una serie de condicionantes que lo hacen, más o menos, resistente a una serie de patógenos dañinos para las plantas. Por este motivo, se conoce la cualidad de resistencia de algunos suelos a la proliferación de plagas bacterianas, que pudieran destruir la cosecha. Hablamos de los suelos supresivos, ámbitos en los que, a pesar de contar con la presencia de organismos tóxicos y nocivos para las plantas, estos no son capaces de desarrollarse y, por tanto, su capacidad tóxica permanece neutralizada o aletargada.

¿Qué son los suelos supresivos?

Un suelo supresivo es aquel dónde existen una serie de condicionantes que impiden o neutralizan el desarrollo de elementos foráneos y es resistente a la introducción de cambios.

El suelo supresivo (que reúne cualidades de supresividad) es aquel donde un patógeno no puede desarrollar una enfermedad nociva para las raíces de la planta o se ve neutralizado por las condiciones que reúne la composición de ese suelo. En un principio, dicho patógeno no encontraría un bioma óptimo para su desarrollo, esto significa, su muerte o la reducción de su capacidad destructiva a una mínima expresión.

Se puede dar el caso de que, en terrenos destinados a monocultivo, éste, en un principio, sea propicio a determinadas enfermedades que dañen las plantas. Sin embargo, con el paso del tiempo, o después de dos o más cosechas, el patógeno pierda fuerza y, por tanto, deje de ser una amenaza para el cultivo.

Se suele decir que este tipo de suelos suelen tener una capacidad de homeostasis que los vuelve estables y resistentes a determinados cambios. Esto se refleja en ocasiones en la imposibilidad para un patógeno de establecerse en ese bioma concreto. Puede darse el caso, además, de que las propias cualidades de un suelo supresivo eliminen determinados agentes nocivos para el desarrollo de las plantas.

Cuando los resultados demuestran que existe una enfermedad con origen en el suelo, pero su capacidad de desarrollo es mínima o simplemente no tiene capacidad agresiva, se dice que el “potencial de enfermedad” es mínimo.

Origen del suelo supresivo

A pesar de lo explicado anteriormente, algunos estudios realizados sobre la capacidad supresiva del suelo, no han hallado cuáles son aquellos componentes químicos o bacteriológicos que doten de supresividad al terreno (Bautista-Calles, 2008). Esta capacidad se “explicaría” a través de un enfoque holístico y bajo la teoría de la complejidad (Bautista-Calles, 2008).

De esta forma, la supresividad del suelo, es una propiedad inherente a su complejidad. Esto viene a decir, que el fenómeno no puede ser explicado ni manejado, realizando una disección del bioma suelo para establecer cuáles son sus componentes supresores. Aunque se sabe que ninguno de ellos, por sí solo, puede explicar el comportamiento supresivo.

Otras investigaciones han apuntado al estudio de parámetros como el pH, los compuestos presentes en el área, fenómenos antibióticos naturales por parte de los microorganismos preexistentes o acciones semejantes, por parte de la planta, que puede verse afectada por una enfermedad.

Numerosas investigaciones, llevadas a cabo en los últimos tiempos, se centran en el origen biológico de la enfermedad en busca de algún agente neutralizador del patógeno biológico. Por otra parte, también existen estudios sobre el comportamiento de determinados elementos químicos presentes en el terreno y que podrían resultar supresivos.

De forma sorprendente, los trabajos realizados alrededor de la supresividad han demostrado, como se ha mencionado anteriormente, que la introducción de determinadas plantas puede ayudar a consolidar la supresividad. Cuando esto se produce se denomina “resistencia inducida”. El motivo parece estar en el aporte de la rizosfera adherida a la planta. Es un proceso muy semejante a la vacunación en humanos.

De forma breve se puede decir que los suelos supresivos son un fenómeno en el cual confluyen una serie de factores o parámetros todavía por conocer. En tal caso, a partir de las investigaciones realizadas en diferentes suelos, de todo el planeta, se ha llegado a algunas conclusiones.

La supresividad puede ser inherente al propio suelo cómo inducida por el ser humano. Los estudios sobre suelos supresivos, implican una visión holística que no excluye ningún factor bien químico u orgánico. Esto significa el estudio de todos y de cada uno de los elementos depositados en el terreno agrícola y su interacción.

Para concluir, podemos decir que, de momento, parece haber mucho camino hasta llegar a una respuesta definitiva. Pero existen iniciativas como Planet of Plenty de Alltech, que te ayudan a saber más sobre esta cualidad de los suelos y puedes informarte en nuestro blog a través de diferentes artículos.

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