Prebióticos, probióticos y posbióticos para mascotas - ¿Cuál es la diferencia?

Si bien los prebióticos y probióticos han sido claves como aditivos en la industria de la alimentación para animales de compañía desde hace varios años, la innovación de los posbióticos parece ser un punto de inflexión en la salud intestinal.

Y aunque pueda parecer desconcertante añadir un tercer moderador de la salud intestinal a la fórmula, los propietarios de mascotas están más preocupados que nunca por reforzar el sistema inmunitario de sus animales, lo que justifica la llegada de nuevas tecnologías que mejoren la salud gastrointestinal de las mascotas.

A medida que los estudios avanzan en el campo de la posbiótica, es válido afirmar que el miembro más joven de la familia de protectores de la salud intestinal ha llegado para quedarse, completando la santa triada del microbioma.

¿Qué son los posbióticos?

Los posbióticos son subproductos metabólicos y funcionales de la fermentación intestinal. En otras palabras, los probióticos (p.ej., las bacterias beneficiosas en el intestino) digieren y utilizan los prebióticos (p.ej. el alimento de las bacterias), y el resultado final de esa interacción es la liberación de posbióticos en el medio intestinal.

El nombre lo dice todo: Posbiótico viene de “biótico”, relativo a organismos vivos, producido a posteriori, es decir, después de la interacción con microorganismos intestinales.

Los posbióticos incluyen compuestos tales como:

• Ácidos grasos de cadena corta
• Enzimas
• Vitaminas
• Fracciones celulares microbianas
• Ácidos orgánicos

Estos compuestos actúan por vías que promueven la salud, muchas de las cuales todavía no han sido descubiertas.

En el tracto digestivo, entre los posbióticos más destacados encontramos el acetato, el propionato y el butirato. Estas tres sustancias están clasificadas como ácidos grasos de cadena corta, que son una fuente importante de energía para los probióticos, así como para las células epiteliales que recubren el intestino.

Los ácidos grasos de cadena corta son importantes porque contribuyen a optimizar la motilidad gastrointestinal y para reducir inflamación, indispensables para la prevención de cualquier patología digestiva aguda o crónica.

El microbioma intestinal de las mascotas

La investigación continúa descubriendo que el microbioma intestinal – en las personas y en los animales de compañía – es más complejo de lo que originalmente pensábamos.

El tracto gastrointestinal no solo desempeña un papel en prácticamente todos los sistemas y las funciones del cuerpo, sino que también se diferencia entre sujetos. El microbioma es dinámico y puede cambiar notablemente debido a:

• La dieta
• El nivel de estrés
• La edad
• El historial de medicamentos usados

El microbioma intestinal es prácticamente como una huella digital interna, lo que significa que los suplementos digestivos afectarán a cada animal de manera ligeramente distinta.

Aclarado este punto, los trabajos de investigación han encontrado que el microbioma intestinal de perros y gatos es muy parecido en composición y estructura, a menos que el animal esté enfermo (Vernimont et al., 2020).

En perros y gatos con enfermedades digestivas, como la enteropatía crónica y la enfermedad intestinal inflamatoria, la composición del microbioma intestinal ha demostrado ser considerablemente diferente, tanto en su diversidad como en su riqueza microbiana, del microbioma de las mascotas sanas (Minamoto et al., 2019; Garraway et al., 2018).

Por razones preventivas, cada vez se incluyen más probióticos en las listas de ingredientes para alimentos de mascotas y se ha comprobado que ayudan a modificar las poblaciones de bacterias en el intestino, cambiando en el tracto gastrointestinal el exceso de bacterias patógenas por una abundancia de bacterias intestinales beneficiosas.

Si bien los probióticos son beneficiosos, su uso puede originar controversia, puesto que son organismos vivos. Esto significa que, desde un punto de vista técnico, el calor, el procesado de alimentos y las condiciones del almacenamiento, todo ello, puede plantear serios retos para la viabilidad y la estabilidad de los probióticos.

Los prebióticos son ingredientes especialmente seleccionados, que estimulan el crecimiento de ciertas bacterias y, en consecuencia, contribuyen a una buena salud intestinal. Son de amplio espectro, pero aquí la clave radica en que los prebióticos no están vivos, por lo que el calor necesario para el procesado de los alimentos no preocupa tanto en cuanto a su efectividad.

Dicho de forma más sencilla, los probióticos y los prebióticos se centran en la modificación de la composición del microbioma intestinal para prevenir enfermedades, mientras que los posbióticos se utilizan para modificar la función del microbioma y lograr una óptima salud intestinal global.

¿Por qué usar posbióticos en los alimentos de perros y gatos?

A medida que continúan las investigaciones, lo que sabemos hasta ahora es que los posbióticos inciden positivamente en las vías de señalización en el tracto gastrointestinal. Al igual que los metabolitos, los posbióticos interactúan con las bacterias en el tracto gastrointestinal, en el intestino mismo, y en otros sistemas del cuerpo, activando el sistema inmunitario y promoviendo las respuestas antiinflamatorias en todo el cuerpo.

Aunque no se conozcan en su totalidad los mecanismos exactos por los que los posbióticos funcionan, lo que actualmente sabemos sobre su amplia gama de efectos inmunomoduladores es una razón poderosa para incluirlos en los alimentos de mascotas (Wegh et al., 2019).

En resumen:

Los posbióticos son metabolitos termoestables que aportan directamente beneficios al tracto gastrointestinal.

¡Todas las buenas cosas suceden de tres en tres! Proteger el sistema inmunitario y la salud en general de todos los perros y gatos es sencillo, con una combinación de probióticos, prebióticos y posbióticos respaldada por la investigación científica.