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Ganadería intensiva y emisión de gases de efecto invernadero

Ganadería intensiva y emisión de gases de efecto invernadero

La ganadería intensiva implica la concentración de un número muy elevado de cabezas de ganado para maximizar la producción y reducir costos económicos. Se realiza mediante la aglomeración de altas densidades de población ganadera en espacios específicos para esta actividad.

Los gases de efecto invernadero son aquellos que no permiten el escape de radiaciones emitidas por el suelo terrestre al ser calentado por el sol. Es decir, el sol calienta la Tierra y una serie de componentes químicos en forma de gas no permiten que el calor irradiado por el planeta salga libremente a través de la atmósfera. Los principales gases de efecto invernadero son el vapor de agua (HO), el dióxido de carbono (CO), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O) y el ozono (O3).

La ganadería intensiva puede ser sostenible

La explotación ganadera intensiva ayuda a proveer de carne, leche y huevos a amplios sectores de la población. La mayor parte de esta producción se destina a áreas urbanas en países desarrollados y a la exportación a otros lugares.

Una de las ventajas de este tipo de producción es el cúmulo de excedentes que permiten mantener un continuo suministro de alimentos a la población. Además, la venta a mercados extranjeros supone una fuente de ingresos que inciden en el PIB Nacional. Por otra parte, reduce la extensión del suelo dedicado a la ganadería, dejando espacio para otras actividades.

Sin embargo, como cualquier otra actividad antropogénica, la ganadería es fuente de emisiones contaminantes (gases de efecto invernadero, amoniaco, entre otros), que en su versión "ganadería intensiva" incrementa el volumen de emisiones como consecuencia de la existencia de gran número de animales en las granjas.

Impacto ambiental de la ganadería intensiva

Según un artículo de la investigadora Amanda Gehman y publicado el 25 de mayo de 2022 en Progressive Dairy, la emisión de gases de efecto invernadero debido a la ganadería intensiva está relacionada con los procesos digestivos de los alimentos por parte de los rumiantes. A esto se suma la producción de grandes cantidades de estiércol y purines, que también constituyen importantes fuentes de metano.

El incremento de la producción ganadera a nivel mundial ha exigido un incremento paralelo de la producción agrícola, que ha tenido que dar respuesta a una mayor demanda de ingredientes para la alimentación de los animales. Esta producción agraria ha multiplicado los espacios deforestados destinados a la agricultura en las últimas décadas, reduciendo el efecto pulmón de los bosques.

También el consumo de combustibles fósiles y el uso de productos químicos como insecticidas y herbicidas han incrementado la presencia de COy óxido nitroso.

La suma de los factores enumerados se traduce en la denominada huella de carbono. Se trata de un indicador ambiental que busca mostrar la totalidad de gases de efecto invernadero que son emitidos, directa o indirectamente, por parte de individuos, organizaciones, eventos o productos.

¿Cómo manejar la situación?

Amanda Gehman, propone en su artículo, usar un modelo productivo que implicara una granja media de los Estados Unidos con 1.000 vacas produciendo 10.000 litros de leche por vaca y año. La granja cultivaría el 50% de los alimentos que consume, así como criaría terneras nacidas en la propia explotación.

Partiendo de esta base se hizo aumentar un 10% la producción de leche en total, al mismo tiempo se incrementó un 10% la producción de leche por vaca y se redujo el número de cabezas también un 10%.

Con un aumento del 10% en la producción de leche, se observó un aumento del 4,6% en las emisiones, con una disminución del 4,9% en la intensidad de las emisiones. Por tanto, una reducción en el número de cabezas de ganado implica una disminución en la emisión de gases de efecto invernadero, pero supone aumentar el rendimiento por vaca.

En lo que se refiere al manejo de los excedentes de estiércol y purines, reducir sus emisiones de metano, implicaría el suministro de aditivos en las raciones/dietas consumidas por el ganado. Estos componentes se suministrarán con el claro objetivo de reducir las cantidades de gases emitidas a la atmósfera.

A mayores, se necesitarán nuevas políticas para el tratamiento de aguas residuales, es decir, su depuración. Para ello se necesitaría de una

adecuación de las infraestructuras necesarias para este fin. Aunque ya hemos hablado de inhibidores de metano, es necesaria la transformación de los excedentes de estiércol y purines, no solo para el abono de tierras, sino también para encontrarles nuevas utilidades más allá de las conocidas.

Los dos últimos párrafos señalan directamente a la denominada economía circular. Crear un modelo de producción y consumo que implique compartir, alquilar, reutilizar, reparar, reformar y reciclar, materias y productos ya existentes durante el mayor periodo de tiempo posible.

Finalmente, los actuales sistemas ganaderos intensivos se han alejado de aquellos modelos observados hace años como de maltrato continuo a los animales. Tanto es así, que la Unión Europea, Estados Unidos y otros países del ámbito occidental, han creado legislaciones específicas para la implantación de mejores condiciones de vida para el ganado. Las medidas se dirigen sobre todo a reducir el estrés por múltiples factores, evitar el uso indiscriminado de fitosanitarios y mejorar la calidad de vida de la cabaña ganadera.

Además, los países y territorios ya mencionados se han marcado objetivos como la emisión cero de gases de efecto invernadero mediante la mejora tecnológica y el uso de fuentes de energía limpia para todos los procesos económicos.

La producción ganadera intensiva puede reducir el volumen de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera; para esto es necesario un cambio global en los modelos intensivos, pensando más en el tratamiento de residuos, cambios en la política agraria e introducir al sector agroganadero en un sistema de economía circular. Este sistema permite el reciclaje de sustancias desechables, residuos y aguas residuales, para devolverlos al ciclo de consumo diario.

Por eso, iniciativas como Planet of Plenty de Alltech, con un gran equipo humano detrás, te ayudará a conseguir que tu proyecto agrícola o ganadero reduzca su huella de carbono en el planeta.

 

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