La nutrición precisa, nutrición personalizada, medicina dirigida, medicina de precisión, terapias dirigidas contra el cáncer, nutrición genética dirigida y nutrición celular: son algunas de las tecnologías emergentes que nos están moviendo rápidamente a nuevas fronteras de innovación médica y nutricional.

Estas tecnologías innovadoras tienen el potencial de cambiar la forma en que nosotros (y nuestros animales) vivimos y combatimos las dolencias y enfermedades devastadoras como el cáncer.

Recientemente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó un nuevo tratamiento para el cáncer llamado la terapia de células T con “receptor antígeno quimérico” o RAQ. Las células T aprovechan el sistema inmune del cuerpo para combatir las células cancerosas. La idea detrás de la terapia de células T con RAQ es utilizar las células T del propio sistema inmune del paciente y modificarlas de forma tal que las células T puedan reconocer mejor las células cancerosas y neutralizarlas sin dañar los órganos ni causar daños al individuo.

El página web del Instituto Nacional del Cáncer proporciona excelente información sobre terapias dirigidas contra el cáncer. La mayoría de estas terapias se centran en medicamentos que utilizan los genes únicos de un individuo para tratar la enfermedad (algunos aprobados para tratar tipos específicos de cáncer y otros en desarrollo).

¿Sería posible utilizar la información sobre los genes de una persona o de un animal para identificar si el individuo puede estar predispuesto a desarrollar una enfermedad devastadora como el cáncer? Y, ¿sería posible utilizar dicha información para prevenir la aparición de esa enfermedad?

Únicamente el año pasado, se calculó que alrededor de 1.6 millones de estadounidenses serían diagnosticados con cáncer. La clave es comprender qué promueve el cáncer y sus diferentes formas, qué genes están involucrados y cómo podemos desactivar ("apagar") su expresión.

Actualmente, se están llevando a cabo varios estudios y están en marcha investigaciones en el campo de la nutrición animal, para demostrar el impacto que los nutrientes tienen en la expresión genética y cómo dicha expresión afecta el desempeño y la salud. Mientras el trabajo continúe expandiéndose en este campo y en la nutrición humana y de animales de compañía, podremos diseñar dietas basadas en la composición genética de una persona o animal.

Este es un agente de cambio. Imagine poder proporcionar dietas que alimenten genes únicos, proveer una vida saludable y reducir o retrasar la aparición de enfermedades. Una vez que entendemos cuál es el requerimiento genético de un individuo para ciertos nutrientes como el selenio, el zinc o un ácido graso, la nutrición precisa podría proporcionar una dieta optimizada que sea adecuada para las necesidades específicas de su cuerpo.