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Coccidiosis aviar

¿Qué es la coccidiosis?

La coccidiosis aviar es una enfermedad causada por parásitos protozoarios (coccidias) del género Eimeria. Dependiendo del nivel de infección y de la especie de coccidia, esta enfermedad puede producir distintos grados de morbilidad, mortalidad, enteritis y una reducción de los parámetros productivos.

¿Cómo afecta la coccidiosis a la industria avícola mundial?

La coccidiosis representa en la actualidad un gran desafío para el sector avícola mundial; debido a su impacto negativo en la salud intestinal y en el desempeño animal en general. En los Estados Unidos, por ejemplo, se estima que esta enfermedad representa US$ 127 millones de pérdidas económicas.

Asimismo, las interacciones con otros agentes patógenos o con deficiencias nutricionales pueden provocar más estrés en las aves y empeorar los signos clínicos de otras enfermedades. Por lo que la coccidiosis es considerada la enfermedad que tiene el mayor impacto económico en la avicultura; por los altos costos de las medidas de prevención y los tratamientos, y por las pérdidas productivas que genera.

¿Cómo se transmite la coccidiosis aviar?

La coccidiosis aviar es una enfermedad causada por parásitos protozoarios pertenecientes al Phylum Apicomplexa del género Eimeria. Las especies de Eimeria son huésped específicas, lo que significa que distintos tipos de coccidiosis se manifiestan en cada especie animal.

Por ejemplo, en los pollos –dependiendo de la fuente de infección– se ha observado que de 7 a 9 especies de Eimeria pueden causar coccidiosis. De estas especies de Eimeria, las principales que han sido identificadas son la E. acervulina, la E. maxima, la E. tenella, la E. necatrix, la E. brunetti, la E. praecox, la E. mitis y la E. mivati. Y las infecciones más comunes en estos animales suelen estar asociadas con la E. acervulina, la E. maxima, la E. tenella, la E. necatrix y la E. brunetti.

En los pavos se han identificado al menos 9 especies de Eimeria, aunque son 4 las que se conocen que causan la enfermedad: la E. adenoides, la E. meleagrimitis, la E. gallopavonis y la E. meleagridis.

Son comunes las infecciones simultáneas con 2 o más coccidias, lo que puede causar diferentes niveles de infección y tipos de lesión.

Las infecciones por coccidias son auto-limitadas y su gravedad depende del número de ooquistes ingeridos, así como de la especie de Eimeria. Los ooquistes de Eimeria están presentes en casi todas las granjas y pueden entrar a nuevas instalaciones por medio de hospederos paraténicos (como la cama, los roedores, los trabajadores o los equipos contaminados). 

 

¿Cuáles son los signos de la coccidiosis?

Los signos de la coccidiosis aviar pueden variar de leves a graves, siendo la mayoría de las infecciones leves. Sin embargo, debido a la invasión y la destrucción de las células del hospedador; incluso las infecciones leves pueden tener un impacto negativo en la absorción de los nutrientes.

Los signos clínicos propios de la coccidiosis aviar dependen de las especies de Eimeria, y la gravedad de la infección se basa en lesiones intestinales macroscópicas y microscópicas.

En pollos:

  • Una infección con E. acervulina en pollos puede provocar una enfermedad de leve a grave. En las infecciones más severas se pueden observar una reducción del peso corporal y heces acuosas o mucosas. Además, puede afectar la pigmentación de la piel debido a una absorción deficiente de los carotenos y las xantofilas en el intestino delgado.

Las lesiones intestinales macroscópicas –que tienen el aspecto de placas blancas– suelen presentarse en el duodeno, pero pueden extenderse hacia el resto del intestino delgado si la infección es severa.  

  • Se considera que la E. maxima tiene una patogenicidad de moderada a grave. Sus signos pueden variar de leves a severos –con tasas de mortalidad de hasta 30%–. Esta especie de Eimeria puede provocar baja ganancia de peso, diarrea, plumas erizadas, falta de apetito y piel pálida.

La E. maxima puede causar lesiones en el intestino medio –luego de haber colonizado el duodeno– y afectar el divertículo de Meckel. Sin embargo, las infecciones más graves se observan principalmente en el intestino delgado.

Cuando la E. maxima coloniza el intestino, este puede mostrarse inflamado, flácido o engrosado, y puede presentar un exceso de mucosidad (generalmente de color amarillo o naranja) y sangre. En los casos de infecciones severas, partes de la mucosa intestinal pueden desprenderse.                       

  • Las lesiones de la E. tenella –considera una de las especies de Eimeria más patógenas– son más fáciles de reconocer debido al tipo de lesión, su localización en los intestinos y sus altas tasas de mortalidad.

Estas lesiones se presentan principalmente en los ciegos. Y en los casos de infección grave se observa un aumento de la morbilidad, sangre en las heces, pérdida de peso, deshidratación, falta de apetito, anemia y una disminución de la pigmentación de la piel. Asimismo, se puede encontrar también contenidos cecales sanguinolentos en los ciegos.

La mortalidad que conlleva la E. tenella puede deberse al impacto tóxico de la bacteriemia.

  • Los efectos de la E. brunetti pueden observarse principalmente en la parte inferior del intestino delgado, así como en el divertículo de Meckel. Sin embargo, en los casos de infecciones graves, las lesiones pueden extenderse desde las partes superiores del intestino delgado hasta el intestino grueso –incluyendo los ciegos y la cloaca–. Los signos clínicos pueden variar de leves a graves.

La E. brunetti puede provocar una mortalidad moderada e inducir una mala conversión alimenticia. Pueden observarse lesiones macroscópicas en el tracto gastrointestinal; así como petequias, contenidos acuosos, engrosamiento de la mucosa, palidez y, en casos graves, erosión de la superficie de la mucosa. Por otro lado, se puede encontrar sangre fresca o coagulada en las heces.

  • Las lesiones de la E. necatrix pueden encontrarse en el intestino delgado –la misma zona que afecta la E. maxima– y generalmente estas lesiones se observan en pollitas y en aves más adultas. La E. necatrix es considerada una de las especies de Eimeria más patógenas, ya que sus infecciones pueden provocar altas tasas de morbilidad y mortalidad –de más del 25%–.

Por otro lado, la E necatrix puede provocar una pérdida del peso corporal, una disminución de la producción de huevos, emaciación e infecciones secundarias. Además, las lesiones intestinales macroscópicas suelen mostrarse dilatadas, con engrosamiento de la mucosa y sangre. En general, estas lesiones pueden verse como puntos blancos y negros en la mucosa.

En pavos:

Los signos comunes de coccidiosis en pavos incluyen: depresión, plumas erizadas, diarreas (acuosas o mucosas), falta de apetito, heces sanguinolentas y morbilidad general. Y ya que su recuperación suele ser rápida, las lesiones pueden pasar desapercibidas –a diferencia de las lesiones en los pollos–.

Los pavos de todas las edades pueden verse afectados por esta enfermedad, sin embargo, las tasas de mortalidad en las aves más adultas suelen ser más bajas que en los animales más jóvenes.

  • La E. adenoides es considerada la especie de Eimeria más patógena en los pavos. Estas aves pueden mostrar una reducción de su peso corporal, una elevada morbilidad y, en infecciones graves, una alta mortalidad.

Los efectos de la E. adenoides se observan principalmente en los ciegos, pero en los casos más severos sus daños pueden extenderse desde la parte inferior del intestino delgado hasta la cloaca.

Se pueden distinguir heces acuosas, mucosas y sanguinolentas. Además, puede verse núcleos caseosos en los ciegos y la pared intestinal puede encontrarse dilatada y edematosa –con la presencia de hemorragias petequiales y mucosidad–.

  • Una de las especies más patógenas de Eimeria es la E. meleagridis, ya que puede causar una elevada morbilidad, una alta mortalidad y una depresión general en los pavos jóvenes. Sus efectos se observan principalmente en el tracto gastrointestinal superior, sin embargo, en los casos de infecciones más graves se pueden extender a todo el intestino delgado.

Las heces pueden presentar manchas de sangre y mucosidad, y las puntas de las vellosidades pueden verse erosionadas y edematizadas. 

Prácticas de manejo para el control de la coccidiosis aviar

El control de la coccidiosis en el sector avícola es clave para prevenir los daños causados por las infecciones. De esta manera se evita pérdidas de productividad y su impacto negativo sobre el bienestar animal.

Un enfoque holístico efectivo supone atender de manera simultánea aspectos como:

  • Antimicrobianos
  • Antiprotozoarios (coccidiocidas versus coccidiostáticos)
  • Vacunación
  • Prácticas de manejo

Por otro lado, a medida que más avicultores reducen el uso de antibióticos para la prevención y el control de la coccidiosis, la demanda de aditivos alimentarios de origen natural aumenta, sobre todo aquellos que ofrecen:

  • Aceites esenciales
  • Prebióticos
  • Probióticos
  • Postbióticos
  • Saponinas
  • Taninos

Estos aditivos alimentarios son más efectivos cuando se adoptan también adecuadas prácticas de manejo.

Otras estrategias para el control de la coccidiosis aviar son:

  1. Independientemente del sistema de producción avícola, es clave implementar buenas prácticas de manejo, de bioseguridad y de control de plagas (roedores, moscas o escarabajos). Asimismo, debe llevarse a cabo protocolos integrales de limpieza y desinfección para la recepción de nuevos lotes (para evitar también la transmisión de otras enfermedades entre parvadas).
  2. Un vacío sanitario y un manejo de la cama efectivos también pueden ayudar a reducir la carga de microorganismos patógenos y, en consecuencia, abordar mejor la amenaza de las coccidias para las parvadas. 
  3. El estado inmune de las aves desempeña un papel importante en la recuperación y el nivel de tolerancia hacia las infecciones. Por lo que es clave asegurar que los pollitos tengan un inicio de vida saludable y mitigar los agentes inmunosupresores (como los virus y las micotoxinas).
  4. Incluir ingredientes de buena calidad en las raciones y asegurar la disponibilidad ad libitum del alimento maximiza la efectividad de los aditivos alimentarios para mitigar los efectos de la coccidiosis, para prevenir infecciones secundarias asociadas con el ciclo biológico de las coccidias y para mantener la salud intestinal.

Los programas de control de la coccidiosis aviar deben diseñarse de acuerdo a la realidad de cada granja. Por lo que entre las estrategias para abordar esta enfermedad –a largo plazo– se deben incluir el monitoreo y las evaluaciones de rutina para comprobar la efectividad de cada programa; junto con la implementación de prácticas sostenibles.

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