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Mejorar la producción lechera con forrajes fermentados

Sin duda el ensilado de maíz, el ensilado de cebada y el heno de alfalfa son los principales forrajes fermentados que sustentan a la industria láctea. Por lo tanto, cualquier variación en la composición de nutrientes y la digestibilidad de estos forrajes afectará, directamente, la capacidad del productor para cumplir con los requisitos de nutrientes de sus vacas lecheras durante todo el año.

En otras palabras, una buena comprensión del valor nutricional de sus forrajes fermentados le permitirá desarrollar un programa de nutrición que ayude a sus vacas a alcanzar su verdadero potencial genético para la producción de leche y la salud.

Más nutrientes para la vaca, más dinero en su bolsillo

En los últimos años, los nutricionistas y los productores lecheros han estado prestando especial atención al valor nutricional de los forrajes fermentados. Hoy en día, se reconoce ampliamente que este concepto nutricional puede tener un impacto positivo en la productividad animal y la rentabilidad del productor. El desempeño de la vaca lechera moderna depende en gran medida de los niveles adecuados y el equilibrio favorable de los nutrientes en los forrajes fermentados que consumen.

Es una simplificación excesiva definir el valor nutricional de los forrajes fermentados exclusivamente como la capacidad de suministrar a la vaca los nutrientes presentes en la materia seca. Antes de que los nutrientes puedan alcanzar en la vaca el tejido objetivo, el alimento debe consumirse (consumo de alimento) y los nutrientes en el forraje deben ser liberados y absorbidos por la vaca (digestión).

Cuando se trata de la digestión, los forrajes fermentables están un paso adelante

Muchos factores influyen en el valor nutricional de los forrajes fermentables, incluyendo: la variedad del forraje, la etapa de madurez de la cosecha y los métodos de almacenamiento. A diferencia de los forrajes no fermentables, la digestión del forraje fermentable comienza mucho antes de que se agregue al comedero.

Durante los procesos normales de ensilaje, algunos nutrientes se fermentan, liberando moléculas que hacen que el cultivo sea más palatable y más fácil de digerir. Bajo estas condiciones, los nutrientes tienen una mayor probabilidad de ser ingeridos y absorbidos.

Hablando de manera práctica, este forraje fermentable tiene un valor nutricional óptimo. En las ganaderías lecheras comerciales, este forraje ofrecerá como resultado un alto rendimiento de la leche y los componentes de la leche, proporcionando un excelente desempeño reproductivo y buena salud.

Ponga a prueba su forraje 

Usualmente, los productores y nutricionistas envían muestras de forraje a un laboratorio para obtener información sobre la composición nutricional de los forrajes fermentados. Sin embargo, esta información podría no ser suficiente, en términos de permitir la comprensión sobre cuán disponibles están estos nutrientes para la vaca.

Afortunadamente, se han desarrollado métodos como el Modelo de Fermentación In Vitro de Alltech para determinar de manera rápida y eficiente la disponibilidad de nutrientes en estos forrajes, incluida la digestibilidad de la fibra detergente neutro (FDN) o la digestibilidad de la materia orgánica. Los resultados de estas pruebas se correlacionan positivamente con la ingesta potencial. Cuando esta información se analiza en su totalidad, los productores pueden tener una buena idea del valor nutricional de su forraje fermentado.

Una encuesta reciente llevada a cabo en Canadá, con 47 forrajes fermentados, indicó que más del 84 por ciento de estas muestras de forraje tenían valores FDN (a 30 horas in vitro) por debajo del 52 por ciento, lo que sugiere un pobre valor nutricional. Por lo tanto, es importante no asumir que sus forrajes tienen un buen valor nutricional.

Para asegurar el desempeño de su rebaño, se deben realizar pruebas.

Es esencial revisar el valor nutricional de los forrajes fermentados utilizados en cualquier programa de alimentación, para ayudar a su ganado lechero a alcanzar su máximo potencial genético; siendo a su vez, una parte integral de la rentabilidad de la producción lechera.

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