Estrés calórico en ganado de carne
¿Qué es el estrés calórico?
Los animales sanos pueden hacer frente a cierto estrés calórico, pero las elevadas temperaturas (junto con una alta humedad y un flujo de aire deficiente) pueden tener consecuencias potencialmente mortales para el ganado. Por otro lado, no es de extrañar que las razas de piel oscura tengan un mayor riesgo de verse más afectadas por el estrés calórico. Más allá de las preocupaciones de mortalidad, el estrés calórico también puede disminuir el consumo de alimento, provocar tasas de concepción más bajas y afectar la inmunidad. .
Signos de estrés calórico en el ganado de carne
- Aumento de la frecuencia respiratoria (jadeos con la boca abierta)
- Disminución de la actividad física
- Agrupamiento de los animales (generalmente en la sombra)
- Agitación e intranquilidad
- Salivación excesiva
- Reducción del consumo de alimento
- Incremento de la ingesta de agua
- Amontonamiento en los bebederos
- Menor tiempo de rumia
- Acidosis
Consejos para prevenir el estrés calórico en el ganado de carne
- Proporcionar sombra (si es posible): Cuando los animales cuentan con una sombra adecuada van a mostrar una frecuencia respiratoria más baja, una disminución de la temperatura corporal y menos agresividad.
- Limpiar los bebederos regularmente: Los bovinos de carne pueden beber entre 76 a 114 litros de agua en un día normal. Pero pueden tomar hasta un 50% más cuando suben los índices de temperatura y humedad. Por lo que ofrecerles agua fresca y limpia ayuda a que beban más y se mantengan hidratados.
- Alimentar durante las horas más frescas: A los bovinos de carne no les gusta consumir un alimento caliente y las dietas para el engorde de ganado tienden a calentarse cuando están a la intemperie. Al vaciar, mezclar y repartir las raciones temprano, los animales pueden comer antes de que el alimento se caliente y rumiar durante las horas más calurosas del día.
- Estar atento al estiércol sin consistencia: Cuando el ganado bovino de carne experimenta estrés calórico disminuye la eficiencia en la fermentación ruminal; lo que conlleva una pérdida en la utilización de los nutrientes. Reformular la ración puede ayudar a maximizar su potencial nutricional para los períodos en los que se reduce el consumo de materia seca.
- Poner atención en las densidades de los alojamientos:Confinar a los animales sin mucho espacio entre ellos puede tener un impacto negativo en sus microclimas. Por lo que cualquier medición de la temperatura y de la humedad ambiental –que pueda determinar el riesgo de estrés calórico– debe tener en cuenta las condiciones de los bovinos en sus lugares de confinamiento.
- Facilitar el acceso al alimento: Es común que se reduzca el apetito durante los períodos de estrés calórico. Pero al suministrar las dietas en todo momento, el ganado bovino puede ingerir pequeñas cantidades a lo largo del día. Esto ayuda a mitigar la producción de calor metabólico provocada por procesar grandes volúmenes de alimento.
- Alimentar con forrajes de buena calidad y más digestibles: Debido a que los bovinos de carne son propensos a comer menos cuando hace calor, es clave ofrecerles un suministro adecuado de los nutrientes que optimizan su salud y desempeño. Los forrajes de primer corte o los fermentados proporcionan energía sin requerir tanta rumia, a diferencia de los alimentos más fibrosos; lo que reduce la generación de calor en los animales.
- Utilizar un aditivo proveniente del cultivo de levadura: Se ha demostrado que el cultivo de levadura favorece el crecimiento de las bacterias ruminales –que son responsables tanto de la digestión de la fibra como de la eliminación de los ácidos–. Esto contribuye con mejorar la eficiencia en la fermentación y prevenir la acidosis; lo que puede ayudar a los animales a disminuir su temperatura corporal.