Problemas digestivos

¿Por qué se producen los trastornos digestivos en los equinos?

Palabras como “cólicos” o “úlceras” bastan para inquietar a la mayoría de propietarios de caballos. El estilo de vida de los equinos modernos es muy diferente del manejo que estos animales recibían en el pasado –cuando recorrían de 32 a 48 kilómetros al día y consumían solo los forrajes disponibles a lo largo del camino–. De hecho, el estilo de vida de muchos caballos de alto rendimiento generalmente implica: viajes, mucho tiempo en los establos, dietas altas en grano y ejercicios de moderados a intensos. Al igual que con los humanos, este mayor estrés puede provocar fácilmente problemas digestivos.

¿Cómo funciona el sistema digestivo del caballo?

Para ofrecer una correcta alimentación a los caballos se debe conocer primero cómo su sistema digestivo digiere y absorbe los nutrientes.

Después de que un caballo ingiere su ración, este alimento es transportado por el esófago hasta el estómago –el cual constituye apenas el 10% de todo su sistema digestivo, siendo relativamente pequeño en relación con el tamaño del animal–. Los equinos son clasificados como animales de pastoreo, ya que sus estómagos están diseñados para digerir pequeñas cantidades de alimento de forma continua a lo largo del día –esto también significa que el estómago está produciendo permanentemente ácido estomacal, independientemente de si el equino está comiendo o no–.

Este alimento llega después al intestino delgado: donde las grasas, los carbohidratos y las proteínas se digieren a través de las enzimas digestivas ahí presentes. Este es el lugar ideal para que el grano sea digerido y es el órgano principal del sistema digestivo en el que los minerales, las vitaminas y otros nutrientes son absorbidos por el organismo. Cabe destacar, además, que en el intestino delgado se encuentra la amilasa en cantidades relativamente pequeñas –la cual es la principal enzima responsable de digerir el almidón (presente en los granos) para formar azúcares–.

Finalmente, el alimento llega al intestino grueso –el cual es con mucha diferencia el órgano más grande del sistema digestivo de los caballos y actúa básicamente como una cámara de fermentación–. El microbioma intestinal de un equino es la diversa población de microorganismos que habita en el intestino grueso, los cuales son esenciales para la degradación y la utilización del forraje y la consiguiente producción de energía.

¿Cómo influye el funcionamiento del sistema digestivo en un programa de alimentación?

A los caballos modernos se les proporciona por lo general de dos a tres comidas al día, lo que significa que sus estómagos se encuentran vacíos la mayor parte del tiempo –solo produciendo ácido estomacal–. Esto contribuye en gran medida con la aparición de úlceras gástricas que afectan a muchos equinos en la actualidad.

Además, a los caballos se les proporciona por lo general heno y grano al mismo tiempo. Y al poder elegir, por la palatabilidad, estos animales optan comer primero el grano y luego el heno. Este último empuja los granos y hace que su ritmo de pasaje a través del aparato digestivo sea más rápido; por lo que no tienen el tiempo suficiente para ser digeridos en el intestino delgado. Esto provoca que el grano quede atrapado en el intestino grueso, donde es sometido a un proceso de fermentación que está diseñado solo para los forrajes (el heno). Todo esto causa problemas digestivos.

Si bien la alimentación del caballo moderno parecería un enorme desafío, se pueden encontrar soluciones nutricionales eficaces para abordarla. Por lo que formular las raciones con los ingredientes adecuados, proporcionar estas dietas en la forma correcta y elegir suplementos diseñados especialmente para mejorar el sistema digestivo, puede ayudar considerablemente en la cría de equinos.

Signos frecuentes de problemas digestivo en caballos:

• Disminución del rendimiento y del estado de ánimo
• Reducción del consumo de alimento
• Pérdida de peso
• Sensibilidad a la cincha o la barriguera
• Rechazo a ser montados o a los ejercicios
• Mirarse y/o morderse los flancos
• Revolcarse continuamente

Prevenir los problemas digestivos en los caballos

Consejos para mantener el sistema digestivo de los caballos en óptimo estado:

• Revaluar la calidad de los forrajes: El heno de buena calidad cumple una función clave en la alimentación de los caballos. Por lo que es importante que la cantidad y la calidad de los forrajes sean la máxima prioridad y, además, proporcionarlos a lo largo del día. El consumo continuo de forraje ayuda a mantener el aparato digestivo de los animales funcionando sin problemas.
• Alimentar con las cantidades adecuadas de grano y concentrados: Se debe evitar una sobrecarga de granos en la dieta, ya que los intestinos de los equinos son sensibles a este componente de la ración. Se recomienda, además, alimentar a los caballos de forma individual de acuerdo a sus requerimientos nutricionales específicos, por lo que suministrar más grano no siempre es la mejor solución para los animales propensos a ser delgados. En su lugar, se tiene que considerar un balanceador de raciones, al estar formulado para ofrecer una mayor concentración de nutrientes en pequeñas cantidades.
• Proporcionar el heno antes que el grano: Al llenar primero los intestinos con heno se favorece su paso a través del tracto digestivo hasta el intestino grueso –donde es utilizado en su totalidad–. Por lo que si se suministran los granos antes que el heno, estos pueden pasar a través del intestino delgado de forma muy rápida –empujados por el heno– terminando en el intestino grueso; lo que puede provocar problemas digestivos.