Desde hace algunos años, el sector avícola está experimentado un constante crecimiento debido a su papel cada vez más importante en la alimentación mundial. Esta mayor demanda puede ser atendida gracias a los avances en la tecnología, la genética, el manejo, el ambiente, la nutrición o la sanidad; que buscan reducir costos, aumentar la productividad y hacer que los productores sean más competitivos a nivel global.

Noy y Sklan (2001) han identificado que aproximadamente de 4 a 5 días después de la eclosión, el tracto gastrointestinal se desarrolla más rápido que cualquier otro órgano; coincidiendo con Iji et al. (2001), quienes además concluyeron que el acceso restringido a los nutrientes y al agua influye adversamente en el desarrollo de las vellosidades y de las criptas, así como en la longitud del duodeno. Esto puede reducir la secreción de las enzimas digestivas y alterar la secreción de mucina. En conclusión, este retraso en la alimentación puede tener efectos perjudiciales en el crecimiento inicial, la inmunidad y el desarrollo intestinal de los pollos.

Otro factor que requiere una especial atención en el ecosistema intestinal de las aves es el crecimiento de los microorganismos patógenos. Una de las causas principales de este desafío es los altos niveles de algunos nutrientes: sobre todo la proteína y la grasa en el intestino grueso. Por lo general, la proteína y la grasa que no se digieren ni se absorben de manera eficiente, generan una alteración en la relación huésped-microbiota. Esto aumenta la proliferación de bacterias, hongos, protozoarios o virus, y conlleva a una respuesta inmune y al cambio en el metabolismo microbiano. 

Fisiológicamente al presentarse retroperistalsis se produce la migración de las bacterias del ciego al íleon y al yeyuno; lo que causa disbacteriosis y enteritis necrótica (Oviedo-Rondón, 2019). La disbacteriosis es una alteración en la microbiota benéfica del intestino delgado que disminuye la digestibilidad, reduce la función de la barrera intestinal y aumenta la respuesta inflamatoria del intestino. Mientras que la enteritis necrótica es causada por el Clostridium perfringens, y generalmente está asociada a los coccidios y a enterobacterias específicas (como la E. coli o la Salmonella spp).  Los coccidios dañan las mucosas del intestino delgado y liberan proteínas que sirven como sustrato para las enterobacterias, lo que induce a una necrosis hemorrágica de la pared intestinal (Oviedo-Rondón, 2019).

Durante las últimas décadas, la mayor parte de las investigaciones en la avicultura se han enfocado en el aspecto de la salud intestinal en las aves, especialmente a través del uso de otras posibles alternativas; que son una solución para mantener un equilibrio en la integridad del tracto gastrointestinal.

¿Cómo equilibrar el ecosistema intestinal?

La principal estrategia utilizada por muchos productores, durante varias décadas, ha sido el uso de antibióticos promotores de crecimiento; para controlar los agentes patógenos que pueden alterar la integridad del intestino, y así maximizar el desempeño animal. Sin embargo, cada vez más países están restringiendo o prohibiendo su aplicación debido a que favorece la resistencia bacteriana y potencialmente produce algunas alergias (por su presencia residual en la canal). Por esto, ha sido necesario desarrollar nuevas tecnologías como los prebióticos, los probióticos y sus combinaciones para producir efectos adicionales o sinérgicos, lo que permite a los avicultores reemplazar los antibióticos y no dejar residuos en la canal, ni provocar una resistencia bacteriana.

Una de las soluciones más eficaces para prevenir el crecimiento de microorganismos patógenos la representa los productos basados en prebióticos; como Bio-Mos® (un extracto de la pared de la levadura) o Actigen® (una tecnología que actúa en la microbiota intestinal benéfica como modulador del sistema inmune y adsorbente de los microorganismos patógenos). Actigen® es un prebiótico desarrollado en base a los estudios sobre la nutrigenómica, que permiten identificar compuestos bioactivos aislados de una cepa específica de la levadura. Actualmente, Actigen® cuenta con 128 estudios –revisados por pares– que están publicados en revistas científicas, en los que se ratifica que esta solución mejora el estado sanitario general de las aves, especialmente:

• Favorece la utilización de los nutrientes.
• Contribuye a reducir los problemas digestivos durante las primeras semanas de vida de las aves.
• Promueve el funcionamiento del sistema inmune.
• Ayuda a mejorar la expresión de los genes relacionados con la integridad del epitelio intestinal.

La suplementación con Actigen® a lo largo del ciclo productivo y, en especial, durante las primeras semanas de vida de las aves ayuda a reducir los problemas digestivos y a contribuir en el desarrollo del tracto intestinal. Numerosos estudios han demostrado que la primera semana de vida del animal es clave para su supervivencia, debido a que a veces no tiene un rápido acceso al alimento ni al agua durante las 24 a 48 horas después del nacimiento (por la variabilidad en el tiempo de incubación o por el transporte a su destino final). 

Para contrarrestar la disbacteriosis y la enteritis necrótica también se puede utilizar los probióticos, que son microorganismos vivos que generan beneficios en el tracto gastrointestinal; al competir con los agentes patógenos por los nutrientes y por los sitios de adhesión en el epitelio intestinal, y porque sintetizan los metabolitos que son ácidos orgánicos que a su vez crean resistencia al crecimiento de estos patógenos (Ahmad, 2006; Patterson y Burkholder, 2003). 

Asimismo, existen productos que utilizan una mezcla de prebióticos, ácidos grasos de cadena corta y minerales de alta biodisponibilidad que pueden ayudar a la salud intestinal. Recientemente Alltech ha introducido al mercado Viligen™, un producto que mezcla ácidos grasos de cadena corta, prebióticos y minerales.  Algunos de los beneficios demostrados de Viligen™ son:

• Ayuda a inhibir el crecimiento de las bacterias Gram negativas y Gram positivas (como la Salmonella, la E. coli, el Clostridium spp, la Klebsiella o la Shigella).
• Mantiene el desarrollo del tejido gastrointestinal y apoya la diferenciación de las células intestinales.
• Estimula el aumento de la altura de las vellosidades y la disminución de la profundidad de la cripta.

En resumen: la inclusión de prebióticos, probióticos y sus combinaciones con un efecto sinérgico con otros principios antimicrobianos en las dietas para las aves, ayuda a mantener un equilibrio en la integridad del tracto gastrointestinal; lo que favorece principalmente a la microbiota intestinal benéfica. De este modo se permite que las aves sean más eficientes en los procesos de absorción de nutrientes e inhibición del crecimiento de agentes patógenos.

Referencias bibliográficas 

• Ahmad, I. (2006). Effect of probiotics on broilers performance. Int. J. Poult. Sci. 5, 593-597. https://doi.org/10.3923/ijps.2006.593.597
• Iji et al. (2001). Body and intestinal growth of broiler chicks on a commercial starter diet. 1. Intestinal weight and mucosal development. Br. Poult. Sci. 42, 505-513. https://doi.org/10.1080/00071660120073151
• Noy, Y. & Sklan, D. (2001). Yolk and exogenous feed utilization in the posthatch chick. Poult. Sci. 80, 1490-1495. https://doi.org/10.1093/ps/80.10.1490
• Oviedo-Rondón, E.O. (2019). Holistic view of intestinal health in poultry. Anim. Feed Sci. Technol. 250, 1-8. https://doi.org/10.1016/j.anifeedsci.2019.01.009
• Patterson, J.A. & Burkholder, K.M. (2003). Application of prebiotics and probiotics in poultry production. Poult. Sci. 82, 627-631. https://doi.org/10.1093/ps/82.4.627