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Las micotoxinas en la alimentación de las mascotas: Conozca los riesgos para perros y gatos.

Las micotoxinas en la comida para mascotas se han convertido lamentablemente en el foco de atención debido a recientes acontecimientos. La buena noticia es que existen muchas soluciones preparadas para mitigar ese riesgo en nuestros queridos animales de compañía.

La amenaza por micotoxinas no es nada nueva para la industria de las mascotas. Sin embargo, nunca antes había sido tan extendida ni tan pública. Recientemente, en Estados Unidos, la presencia de aflatoxinas en alimentos para mascotas se reveló como causa de la muerte de más de 70 perros y de enfermedades en 80 perros más, debido a intoxicación por aflatoxinas. Esto motivó una retirada masiva de productos de alimentación para mascotas tras descubrirse que eran el origen del problema (FDA, 2021).

Aunque los fabricantes de productos de alimentación para mascotas cumplan con las prácticas instauradas de calidad y de seguridad rigurosas en la elección de ingredientes, incluso con procedimientos estrictos de pruebas de detección de micotoxinas en las materias primas entrantes y en los alimentos acabados para mascotas, pueden existir dificultades para conocer exactamente qué podría esconderse en ingredientes aparentemente seguros.

El procesado de los granos, los errores en los muestreos, los métodos analíticos, las interacciones sinérgicas, todo esto, puede causar problemas al fabricante de alimentos para mascotas cuando trate de detectar las micotoxinas con precisión. Un hecho inquietante como el de esta reciente intoxicación por aflatoxinas, resalta todavía más la necesidad de que los productores de granos y de alimentos conozcan cuáles son las micotoxinas que tienen más probabilidad de encontrar, qué riesgos representan esas micotoxinas, y cómo gestionarlos mejor.

¿Qué es una aflatoxina?

Las micotoxinas son sustancias que producen los mohos o los hongos. La aflatoxina, específicamente, es un metabolito producido por el moho de color amarillo verdoso, el Aspergillus flavus (A. flavus), este hongo produce 4 tipos de toxinas diferentes: B1, B2, G1 y G2. De ellas, la más tóxica es la aflatoxina B1, cancerígena, que puede afectar negativamente a la función hepática y a la respuesta inmunitaria.

¿Dónde aparece la aflatoxina?

El Aspergillus flavus puede crecer en un rango de temperatura de 12 – 47 °C, con un crecimiento óptimo a 37 °C. Sus necesidades de humedad son bajas, bastándole solo entre 13 - 13,2% de humedad relativa para crecer.

Las aflatoxinas suelen aparecer en el maíz, la semilla de algodón, los cacahuetes, las almendras y los subproductos asociados. Por esta razón, el maíz es uno de los ingredientes en alimentos para perros que conlleva el mayor riesgo para las mascotas.

Todos estos ingredientes suelen cultivarse en el sur de EE UU, donde año tras año la temperatura y la humedad son las más favorables. Sin embargo, el 25 de agosto de 2020, el US Drought Monitor (Monitor de Sequía de EE UU) mostró que estas condiciones óptimas se extendían lejos de ése área, hacia el norte y al este, adentrándose en las regiones de cultivo de maíz.

Un informe reciente de los resultados del Estudio de la Cosecha de Verano de Alltech mostró que este cambio en los patrones climáticos ha creado una situación inusitada en la que se han detectado aflatoxinas a niveles más altos que los normales en las muestras de maíz que vienen del exterior de las áreas conocidas por su riesgo elevado. Esto representa un nuevo desafío, que los fabricantes de alimentos para mascotas deben tener en cuenta cuando compren sus ingredientes.

El Aspergillus flavus puede infestar la planta del maíz a través de los estigmas en el momento de la polinización, afectando a los granos, vía los tallos y las hojas dañadas por insectos y eventos meteorológicos, como los fuertes vientos y el granizo. La infestación puede afectar a todo el campo, aunque es más frecuente que se encuentre embolsada en áreas concretas de plantas con mayor estrés. Esto puede dificultar la identificación de las aflatoxinas en los granos del maíz, ya que podrían estar presentes únicamente en unos pocos granos de los totales presentes en la carga de un camión. Por lo tanto, cuando se busquen micotoxinas en los ingredientes entrantes, se requieren múltiples muestras colectivas para identificar con precisión el potencial riesgo del lote entrado.

El maíz almacenado necesita ser secado hasta un contenido de humedad por debajo del 14% y ser vigilado estrechamente en cuanto a crecimiento de moho y daños por insectos. Cribar el grano a la entrada y / o a la salida del almacén es una buena práctica para eliminar los granos dañados y rotos que puedan ser la fuente principal, no solo de aflatoxinas, sino también de otras micotoxinas.

Además del riesgo inherente a los granos enteros sin procesar, los productores de piensos deberían ser conscientes del riesgo elevado de niveles de concentración de micotoxinas que puedan estar presentes en subproductos de cereales procesados como el salvado, a menudo utilizado en alimentos para mascotas.

FIGURA 1. EL Monitor de Sequía de Estados Unidos señala condiciones más secas de lo normal en las regiones del norte y del este (25 de agosto de 2020).

Los síntomas de las micotoxinas en perros.

Aunque ningún propietario de mascotas quiere pensar en los riesgos de las micotoxinas, es importante saber qué debe vigilar para asegurar que tome medidas inmediatas cuando sea necesario para aliviar el problema. Una de las primeras señales de que las mascotas están consumiendo alimentos contaminados por micotoxinas es el daño al hígado, que puede ocurrir a partir de una exposición aguda o crónica. Otros síntomas típicos de contaminación por micotoxinas en perros son los siguientes:

  • Vómitos y pérdida de apetito
  • Pérdida de peso
  • Letargo
  • Diarrea
  • Un sistema inmunitario debilitado
  • Enfermedades respiratorias
  • Temblores
  • Palpitaciones del corazón
  • Ictericia

Las aflatoxinas están entre las micotoxinas más potentes y son conocidas por ser cancerígenas. La exposición a ellas a largo plazo puede ocasionar la muerte de las mascotas, causando enorme desolación a sus dueños y a sus familias.

Si su perro muestra cualquiera de estos signos clínicos, es importante acudir a su veterinario lo antes posible. Fotografíe la comida de su perro y, también como referencia, el número del lote de la bolsa del envase.

¿Cuál es la normativa que regula la aflatoxina?

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU (FDA) regula las aflatoxinas en los ingredientes y en los alimentos para animales. El límite actual que la norma establece para las mascotas (perros, gatos, conejos, etc.) es de 20 partes por billón (ppb).

En 2020, la aflatoxina no solo se extendió geográficamente, sino que también afectó al rendimiento total del maíz cultivado. El descenso en la producción de maíz hará necesario movilizar mayores cantidades de maíz en todo el país, incrementando todavía más los potenciales riesgos del maíz en los alimentos caninos.

Mitigando la amenaza de las micotoxinas

Para identificar, controlar y mitigar la contaminación por micotoxinas en la producción de alimentos para animales y contrarrestar los efectos de las micotoxinas antes de que las mascotas se topen con ellas, se aconseja a los productores de piensos que implanten sobre el terreno un sólido plan de gestión de micotoxinas, que pueda evaluar y gestionar los riesgos en cada fase de la cadena de suministro. Los sistemas de análisis más modernos y avanzados, como Alltech® 37+® y Alltech® RAPIREAD™, pueden ayudar a detectar los riesgos por micotoxinas, facilitando la puesta en marcha de las medidas de control necesarias.

Con un enfoque totalmente integrado en la gestión de las micotoxinas, la industria de los alimentos para mascotas puede ayudar a evitar que se repitan las retiradas
recientes de comida para animales, y las familias podrán estar seguras de que no tendrán que padecer el duelo de perder a su preciada mascota.

Para más información, por favor, póngase en contacto con el representante de Alltech en su localidad.

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