Cerrar la brecha: integrar las innovaciones tradicionales y las biológicas para optimizar el rendimiento de los cultivos
El Dr. Steve Borst, vicepresidente de Alltech Crop Bioscience, la sección de agronomía de Alltech, donde se han estado estudiando las posibilidades de los productos biológicos durante veinticinco años.
El objetivo final, según Steve Borst, es ofrecer nuevas opciones de producción y rendimiento a las explotaciones agrarias. El resultado ha sido la creación de una gama de productos que han ayudado a incrementar la producción allí donde han sido adoptados.
Los resultados de estas biosoluciones han aumentado el rendimiento del área biotecnológica, algo que se traduce en un aumento de la agricultura biológica frente a la tradicional, disminuyendo costes.
Desafíos actuales
Steve Borst se muestra interesado en la adopción de nuevas regulaciones que permitan un impulso mayor al sector biotecnológico, o de lo contrario, se obstaculizaría el desarrollo de la innovación agraria. Es por ello, por lo que Borst ve necesario estimular cambios legislativos dentro de la producción agraria. Un ejemplo es el Pacto Verde Europeo para llegar a una “neutralidad climática” de aquí al año 2050, sobre todo en las emisiones de carbono.
En el sector agrario la necesidad está en la sustitución de fertilizantes e insecticidas sintéticos por otros de origen biológico. Se trata, pues, de “cerrar una brecha” aumentando la producción biológica en todos sus aspectos para sustituir los elementos químicos usados hasta ahora. Esto no solo lo saben en Europa, esta es una necesidad global y por ello se insiste en cambiar las diferentes regulaciones para dar oportunidad a los productos biológicos.
La pandemia y la guerra en Ucrania, entre otras cuestiones, están teniendo un impacto importante en la producción y seguridad alimentaria. Han aumentado los precios de productos básicos y esto va a continuar, por tanto, la rentabilidad en las explotaciones agrarias se verá mermada. Esto puede suceder dado el aumento de tasas y al bloqueo de muchos productos químicos en puertos chinos, pues este país es un gran exportador de químicos destinados a productos agrarios sintéticos. Un ejemplo es el glifosato, sin el cual, surge la duda de cómo van a hacer los agricultores para combatir las plagas, pues el rendimiento agrario se puede ver muy afectado.
Más desafíos
Borst alerta de que es necesario vigilar atentamente el comportamiento de los mercados y en paralelo buscar nuevas técnicas de cultivo que permitan producir más con menos terreno. Si esto se logra, se podría decir que se habrá superado un gran obstáculo, pero para ello es necesario invertir en productos fertilizantes cuyos componentes están bloqueados. La consecuencia es que no habrá cultivos sin fertilizantes, por eso se deben buscar nuevas vías sin depender de herbicidas o insecticidas sintéticos.
La agricultura actual vive momentos de inseguridad ante el cambio climático que reduce los nutrientes del suelo fértil. En el mapa de Norteamérica se observa una previsión para el verano de 2022 y las perspectivas arrojan un aumento de las épocas secas. El impacto sobre la siembra de maíz será duro y los agricultores se verán muy afectados en sus economías.
La brecha que se abre en el sector agrario actual puede cerrarse mediante el uso de sistemas biológicos de producción. Borst, remarca la importancia que cobra el sector de la producción biológica recordando la unión entre empresas o la adquisición de unas por otras, algo que está creando nuevas compañías y cadenas de distribución.
Se buscan fórmulas para incorporar la producción biológica al mercado, además de buscar cómo cambiar la visión del sector económico sobre este tipo de producción. Esa es la brecha que Borst busca cerrar entre lo tradicional y lo nuevo: generar una simbiosis entre los dos aspectos para afrontar nuevos desafíos. De todo lo anterior, nacen investigaciones como las que lleva a cabo la división European Alltech Bioscience desde la presidencia de Borst y con una amplia agenda de iniciativas.
La visión general sobre la agricultura está llena de connotaciones negativas sobre producción animal y los insumos que se le aportan. Pero sin agricultura no habría humanidad tal y como la conocemos. Por ello es necesario seguir a la ciencia, pensar en sostenibilidad y enviar el mensaje de que podemos compartir nuevas oportunidades.
El mercado se está abriendo a nuevas propuestas y es así como Alltech ha firmado un acuerdo con Helm en EE.UU., uniendo así una empresa tradicional con otra de nueva generación, una asociación para “cerrar la brecha”.
La industria se está dando cuenta y por eso se abre a nuevas relaciones, a nuevas tecnologías y a marcar diferencias. Así, la unión de Alltech y Helm ha traído nuevas estrategias de comercialización, además de preparar a los minoristas y agricultores para esta nueva aventura.
Durante los veinticinco años de experiencia de Alltech en el área biológica, la calidad ha centrado el trabajo de la compañía, más que la cantidad. Sin embargo, es necesario unir ambos componentes para crear nuevas técnicas a través de la innovación.
La necesidad de enseñar esta nueva tecnología es importante para comprender el trabajo en biotecnología, pero antes es necesario entender el comportamiento de los productos bioquímicos dentro de las plantas. Una vez realizado esto, será posible entregar al productor la tecnología necesaria para el desarrollo de cultivos biológicos con el apoyo de insumos agronómicos.
Borst insiste durante su intervención en la necesidad de educar en las nuevas tecnologías agrarias al agricultor, y que se pueda adaptar a ellas sin abandonar de forma súbita los sistemas tradicionales. Hecho esto, se podrá dar salida a las nuevas técnicas para que sustituyan a las tradicionales en una transición hacia un modelo productivo que permita reducir el uso de sintéticos y la huella de carbono.
Esta es la estrategia para “cerrar la brecha” que Steve Borst ha definido en su intervención en la Alltech One Conference 2022.
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Sabemos que es imprescindible reducirla, por eso con esta iniciativa, te aportaremos el poder de la ciencia, la tecnología y el talento humano, para llevarlo a cabo, sobre todo teniendo en cuenta la fecha de 2050, para la cual, si no le hemos puesto remedio, podría aumentar hasta en un 30%.