Calentamiento global: el gurú que defiende a las vacas de los cuestionamientos medioambientales

La ganadería es uno de los sectores señalados como responsable del calentamiento global. El argumento se basa en la emisión de gas metano producido por la ganadería tanto en extensiva como en intensiva. ¿Pero es esto cierto? Si bien el metano es uno de los gases de efecto invernadero, hay quién cuestiona la gran influencia atribuida a este elemento.

El ingeniero agrónomo y profesor en la universidad de Davis, California, Frank Mitloehner, considera que el aporte de metano a la atmósfera por parte de la actividad ganadera es muy reducido y por ello asimilable por el planeta. Aun así, este ingeniero considera importante crear herramientas y políticas que frenen el incremento de las cantidades de metano emanadas de las explotaciones ganaderas.

Defendiendo a las vacas

En recientes declaraciones, Frank Mitloehner apuntó una serie de datos que, resumidos, indican que los índices de metano generados por la ganadería bovina en EE. UU son de un 0,5%.

Sin embargo, la actividad agraria en ese mismo país genera el 0.6% de metano, y los combustibles fósiles emiten el 11% de dicho gas.

Dicho esto, Mitloehner cuestionó la acusación que recae sobre las explotaciones ganaderas como “generadoras únicas” de metano. En primer lugar, apeló a la investigación “seria” y rigurosa que permita confirmar si es cierto o no que la fermentación de los alimentos en el rumen de los bovinos es la causante del aumento de metano en la atmósfera y por ende, del calentamiento global.

Durante la Cumbre del Clima, la COP 26, celebrada en Glasgow en 2021, tanto Estados Unidos como la UE apuntaron a la necesidad de reducir un 30% las emisiones de metano para 2030. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen fue clara al respecto: “es uno de los gases que podemos cortar más rápido”.

Hay quién ve detrás de estas declaraciones una maniobra política frente a la dificultad para reducir las emisiones de CO₂: cortar emisiones de metano ayuda a ganar tiempo frente a países como Rusia o China, grandes emisores de dióxido de carbono con industrias muy dependientes del petróleo.

“Ganar tiempo” permitiría a estos países ir adaptándose a la reducción del dióxido de carbono emitido por sus industrias.

¿Realidad o mito?

Otro punto importante abordado por Frank Mitloehner es la necesidad de una buena estrategia de comunicación por parte de la industria ganadera.

Ello es necesario para dar respuestas en firme sobre la realidad que rodea a las emisiones de metano desde las explotaciones ganaderas con el objetivo de no transmitir estimaciones erróneas.

En un reciente viaje a Argentina, Mitloehner destacaba que el consumo mundial de carne vacuna ha disminuido en el último siglo, lo mismo que el número total de cabezas bovinas en relación con el número de habitantes en el planeta. A esto añade que la densidad de la actual cabaña ganadera no incrementa la presencia de CO₂ en la atmósfera.

Según el investigador norteamericano, las plantas toman CO₂ del aire para llevar a cabo el proceso de fotosíntesis, con el que crecen y crean nutrientes vegetales. Los animales ingieren las plantas (pastoreo y consumo de forrajes) y en el proceso digestivo se genera metano, que expelen al exterior.

Ese metano permanece durante un tiempo aproximado de 10-12 años en la atmósfera y, a través de procesos de oxidación, se convierte en CO₂.Y dicho CO₂ está disponible de nuevo para iniciar el ciclo comentado (ciclo biológico del metano).

Posibles soluciones a un hipotético problema

Una de las primeras recomendaciones de Mitloehner a los ganaderos es “no tener miedo” y presentar datos para rebatir los argumentos en contra de la ganadería bovina. Es la estrategia de comunicación mencionada anteriormente.

Por otra parte, es importante dar a conocer avances en las posibilidades del reciclaje de residuos ganaderos, por ejemplo, los purines. Una de las aparentes soluciones es aprovechar el metano generado por estos residuos para, por ejemplo, crear energía. En algunos lugares se ha conseguido mediante la cobertura con lonas especiales de los residuos. Una red de tuberías iría enviando este biogas a plantas generadoras de energía.

En España hay cinco plantas de biogas metano en funcionamiento. Los resultados por el momento son positivos, aunque en la actualidad el consumo solo puede ser local, no se puede unir a la red de gas natural. En tal caso, los y las investigadoras hablan de autoconsumo para la generación de energía destinada a las propias granjas.

A modo de conclusión se puede afirmar que empieza a haber líneas de investigación sobre la influencia de la ganadería en relación con el calentamiento global. Esto bien sea para ratificar o para refutar el prejuicio causado por el metano originado en las granjas. Las últimas investigaciones se centran en el aprovechamiento energético de los residuos ganaderos y en la eficiencia productiva.

Por otra parte, si bien el metano sí es un gas con efecto invernadero, su acumulación en la atmósfera no es igual ni en densidad ni en duración en comparación con el CO₂. Por otra parte, se estudian métodos para rebajar la cantidad de metano generado en el proceso digestivo de los rumiantes.

Finalmente, el metano y con él la ganadería, han sido objeto de críticas, algunas de las cuales han sido rebatidas o refutadas recientemente con aportación de datos después de numerosas investigaciones.

Para conocer más detalles, ponte en contacto con nuestro equipo de expertos. También para conocer nuestra iniciativa Planet of Plenty, con la que ayudamos a ganaderos y agricultores a reducir su huella de carbono.